Descubierta en Betxí y, por tanto, siendo una clementina 100% valenciana, es la variedad más tempranera que se suele ofrecer. Nacida de una mutación de la Oroval es un cítrico con muy buen sabor a pesar de madurar en meses más cálidos a lo habitual.
Como ventaja, destacamos que es una mandarina muy fácil de pelar, con poca o ninguna pepita en sus gajos y con un alto contenido en zumo. Todo esto le aporta características que la hacen idónea tanto para comer entera como para elaborar un buen zumo de mandarina. Al ser una mandarina con una recolección tan adelantada, su resistencia en el árbol es menor que otras variedades lo cual la convierte en una naranja única y exclusiva de los primeros meses de otoño.
En cuanto al sabor, esta clementina tiene buen dulzor con ciertos toques cítricos que le dan cierta complejidad en boca. Esto la convierte en una variedad excepcional no solo para zumos ya que contrasta a la perfección con todo tipo de platos debido a su suavidad.
Como la clementina Marisol es la clementina más temprana en recolectarse, estamos ante el cítrico que da la bienvenida a la campaña anual de recolección de cítricos. Con un muy buen sabor, calibre y concentración de zumo por pieza, la clementina Marisol es sin duda imprescindible en la mesa ya que es la única mandarina recién cogida del árbol que podrás encontrar en los primeros periodos del otoño (si encuentras otras variedades, probablemente sean de algún país del hemisferio sur, habiendo madurado el fruto en una cámara frigorífica).
Podemos hablar de muchas más familias de variedades de mandarina (como la Satsuma o las mandarinas híbridas) pero por producción y tradición, la Marisol es la variedad más consumida y que más se suele comprar en los mercados.