La variedad de Clementina «Arrefutina» tuvo su origen a finales de los años 70 en Villarreal (Castellón), aunque otros investigadores sitúan el origen de esta variedad de clementinas en Nules a principios de los años 50, siendo por ello por lo que este tipo o variedad de clementina larrufatina también recibe otros nombres como pueden ser el de «Clemenules», «Nulesina», «Clementina Victoria» o bien «Clementina Reina».
La clementina arrufatina, como todas, crece en árbol, el cual es de naturaleza vigorosa, con un desarrollo abierto, cuya copa es de forma redondeada presentando ciertas espinas y con un follaje denso y de color verde oscuro.
Al hablar de la clementina arrufatina lo estamos haciendo de una variedad que es precoz en su maduración ya que disponemos de ella en octubre-noviembre y debe ser recolectada cuanto antes. La maduración interna se alcanza muy pronto, pero la coloración externa un mes después, por lo que, para ser recolectada precozmente, hay que desverdizar en la mayoría de los casos (operación que admite bien).
Su fruto es de buen calibre, en ocasiones achatado y presenta una corteza de color naranja intenso, sin semillas, con mucho jugo dulce y resulta muy fácil de pelar.
Por sus característica necesita mayor número de horas de frío que otras clementinas para que florezca adecuadamente. Asimismo, se muestra sensible a problemas de compactación del suelo y asfixia radicular, lo cual produce acorchamiento del nervio central de la hoja siendo también una variedad que se muestra sensible a bufado (una alteración fisiológica, que se caracteriza, porque la corteza del fruto se separa de la pulpa) y poco a «pixat» (Se conoce como «pixat» o mancha de agua a una serie de alteraciones que afectan a la corteza de los frutos cítricos (aun en el árbol) producidas por la senescencia o envejecimiento de la misma. Aparece una vez iniciado el viraje de color, principalmente con humedades elevadas y temperaturas suaves).